Mi hermana es una jovencita demasiado guarra. Le encanta el sexo y siempre le ha encantado follar. Un día la espié y la vi follando con su novio y la realidad, es que es una guarra deliciosa cuando está en la cama follando. De verdad, es demasiado rica. ¡Es una puta que lo entrega todo cuando tiene la polla adentro! Por ello, no me pude resistir más y, un día, luego de que se durmiera; entré a su cuarto y le confesé todo mi deseo hacia ella. Como es demasiado guarra, decidió demostrarme todo con buenas mamadas profundas. Sinceramente, yo estaba bastante feliz cuando ella me estaba chupando las bolas. Tanto así ¡que nunca pensé que todo se fuera a tornar tan caliente como para follar! Pero, la muy puta no pudo resistirse y fue allí donde se me abrió de piernas, me folló intensamente y al final, le dejo mi leche tibia en partes inexplicables. ¡Que delicia!
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