Cuando una persona cae a prisión, su vida sexual se acaba. Todo debido a que, no sienten el mismo placer con las visitas que cuando lo hacían en una cama con una persona que los satisfacía. Por ende, cuando salen de la misma, necesitan follar urgentemente. Eso fue lo que le sucedió a este hombre, él llegó a casa con ganas de penetrar a alguien y volver a su vida normal. Pero, ninguna mujer le hacía caso porque pensaban que era un hombre malo (a pesar de haber caído preso totalmente inocente). Entonces, le pidió a su hermana que lo ayudara y que lo follara sin control. Ella, al principio quería pero sentía que era algo malo. Pero, luego de una charla mínima, se le acercó y comenzaron a besarse. Luego, esta perrita le chupó la polla y comenzaron a tener sensaciones maravillosas. Follaron sin parar y al final, llegaron al orgasmo juntos. ¡Esta perrita se comió toda la leche!
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hermanos follando